Primaria Pynandí
Los niños llegan a la segunda fase de su infancia a los seis o siete años. Este cambio viene marcado por su nueva capacidad para el aprendizaje formal. Es importante nutrir sus nuevas habilidades intelectuales al tiempo que se fomenta la imaginación con la que el niño se desenvolvió en su etapa de Jardín.
El niño en edad escolar aprende del maestro que dispone de variados métodos, prepara sus clases de manera creativa e introduce a sus alumnos en todos los grandes campos del saber. El maestro, especialmente es maestro-tutor, y establece una relación verdadera, un vínculo humano con sus niños (y con sus familias) y practica, a medida que el niño va creciendo, un aprendizaje más formal dentro de la organización creativa de sus clases.
Así como en los primeros años infantiles los niños aprendían por imitación, entre los 7 y los 13 años los niños aprenden mejor a través de la aceptación de la autoridad. El niño así crece entre la autoridad amorosa de los padres y la autoridad objetiva del maestro como transmisor de la sabiduría del mundo.
El maestro ha de convertirse en la autoridad amada capaz de guiar con certeza, corregir con amor y acompañar con paciencia y dedicación.
En este nivel las materias se ven por épocas, es decir durante tres o cuatro semanas se dedica toda la atención a Lengua, después 3 o 4 semanas a Matemática, luego a Ciencias, y así con todas las asignaturas de acuerdo a cada grado.
Abordar las áreas de este modo permite a los niños entusiasmarse, digerir y profundizar los temas, mientras tanto las otras áreas quedan en un periodo de olvido, que es parte fundamental para el recuerdo. De esta manera, cuando se retoma nuevamente, no se ha olvidado, sino que se ha asentado y está presente con otra fuerza.
El ritmo también está presente en la organización del año escolar y las épocas para que haya una saludable respiración intercalando experiencias de concentración y relajación, trabajo mental y trabajo práctico, movimiento y reposo, escucha y participación, contemplación y acción.